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Recuperación de un alma

Este es uno de los tantos problemas habituales que me llegan al taller, y que después de pasar por muchas manos inexpertas, herramientas inadecuadas y buscando un ahorro que a la larga no lo es, aterrizan en mis manos para hacer el "Milagro" de volverlas a la vida.

En este caso se trata de una mala manipulación, y decisiones muy mal tomadas para ajustar el alma de un bajo.

El mismo me llega con la tuerca del alma destrozada e imposible de hacer girar, cosa bastante extraña. La habían apretado tanto que el mástil describía un arco bastante acentuado, tanto que las cuerdas rozaban los trastes en su parte central.
Al no tener practicamente por donde agarrar la tuerca, usé una herramienta que tengo para tal fin, pero ni con esas fui capaz de hacerla girar. No tuve mas remedio que hacer un fresado para descubrir que ocurría, ya que la tuerca se comportaba como si estuviese soldada a la barra.

Y en efecto, al abrir el canal ya pude ver con toda claridad el GRAVE error que se había cometido. A alguien no se le ocurrió otra cosa que meter una arandela de estrella. Esta arandela tiene la particularidad de que permite apretar sin dificultad, pero opone mucha resistencia al desenroscar, pero esta resistencia puede ser vencida si la tuerca es también de acero, pero al ser de latón, gripa de una forma absoluta, quedando completamente fija.
Dicha arandela es la señalada con la flecha roja. A su vez, se ensañaron con la tuerca y fue tanta la presión que le administraron, que las demás arandelas que le colocaron, estaban todas fracturadas (Flechas azules).

Una vez destruida la tuerca sin perjudicar la rosca, esto fue lo que cayó por su peso una vez liberada el alma.





Sin embargo se puede observar en la siguiente foto (Flechas azules), que dentro aun quedaban los restos de otras arandelas incrustadas en la madera, además del destrozo en la rosca, de pelear para sacarla, usando, quien sabe cualquier cosa que dañó tanto las paredes del mástil como la tuerca, y esta a su vez dañó la rosca en algunos puntos.





Aquí se puede apreciar mas el destrozo por la parte de abajo de la rosca





Para arreglar este detalle, y como son roscas imperiales, tuve que construir una herramienta para rehacer de nuevo el hilo. Una vez reconstruida en su totalidad





se puede ver el aspecto que debe tener. El resto es fabricar la tapa para volver a dejar el mástil en su forma original.





Comprobando que todo cuadra sin problemas







Lo encolo en su sitio y lo llevo a la medida adecuada.










Le fabrico su tuerca correspondiente, con una sola arandela que es la única que debe de llevar y del grosor suficiente para aguantar cualquier tensión, y listo. Ahora el alma se mueve y modifica la curvatura del mástil con dos dedos sin ningún tipo de esfuerzo, como cuando salió de fábrica.
Por suerte el mástil aguantó el maltrato, y respondió a la perfección. Su dueñ@ ahora puede disfrutarlo a plenitud.





Un saludo a Todo@s